Algunas palabras para compartir...

CREDO

NICENO-CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo Dios, 

PADRE todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.


Creo en un solo Señor, JESUCRISTO,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, 

Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, 

de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo 

se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, 

según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.


Creo en el ESPÍRITU SANTO,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.

Amén.

Mártires de Tibhirine.     Nuestra Señora de Atlas, Argelia.

Christian de Chergé, Luc Dochier, Celestino Ringeard, Miguel Fleury, Paul Favre-Miville, Bruno Lemarchand  y Christophe Lebreton.


"Si me sucediera un día -y podría ser hoy- ser víctima del terrorismo que actualmente parece querer alcanzar a todos los extranjeros que viven en Argelia, quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida ha sido donada a Dios y a este país. Que aceptaran que el único Señor de todas las vidas no podría...

Thomás Merton (1915-1968)

Oración.

Dios, Señor Mío, no tengo idea de adónde voy.

No veo el camino delante de mí.

No puedo saber con certeza dónde terminará.

Tampoco me conozco realmente, y el hecho de pensar que estoy siguiendo tu voluntad no significa que en realidad 

lo esté haciendo.

Pero creo que el deseo de agradarte, de hecho te agrada.

Y espero tener ese deseo 

en todo lo que haga.

Espero que nunca haga algo apartado de ese deseo.

Y sé que si hago esto me llevarás por el camino correcto, aunque yo 

no me de cuenta de ello.

Por lo tanto, confiaré en ti aunque parezca estar perdido a la sombra de la muerte.

No tendré temor porque estás siempre conmigo, y nunca dejarás que enfrente solo 

mis peligros.

Amén.

Monje trapense, escritor y un entusiasta del diálogo interreligioso.

En 1941 ingresa a la Abadía de Gethsemaní.

En 1949 es ordenado sacerdote.

Su obra más famosa, es La Montaña de los Siete Círculos, una autobiografía, que ha sido catalogada como una especie de Confesiones de San Agustín, del siglo XX.