COMPLETAS

Al llegar el término del día, el monje "completa" su jornada, tal como la inició: poniéndose a los pies del Señor, ofreciendo sus miserias y sus logros...  

"...al final de esta jornada que Dios nos ha dado, reconozcamos... nuestros pecados.   

El Señor Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados 

y nos lleve a la vida eterna.  Amén"