Trabajo Comunitario

«Serán verdaderamente monjes si viven del trabajo de sus manos» (Regla de San Benito. Capítulo 48) . Así imitamos a Jesús que trabajó con sus manos; nos procuramos nuestro sustento y compartimos nuestros bienes con los que más lo necesitan. Nuestro trabajo es también una colaboración con la creación de Dios y con la tarea de los hombres. Como respuesta a la Palabra y a la Voluntad de Dios, el trabajo es una manera corporal de continuar nuestra oración. El trabajo manual nos permite ganarnos la vida, participar de la obra creadora de Dios y ser signos de comunión con el mundo del trabajo humano.