Miel

La idea de producir miel, surgió, al principio, como un modo de tener un poco de miel para el consumo de nuestra comunidad, que en ese entonces, estaba ubicada en La Dehesa, Santiago. Esta idea se reforzó, también, porque uno de nuestros fundadores, aprendió algo de apicultura en el monasterio de Gethsemaní, EEUU, nuestra actual Casa Madre.

Se comenzó en el año 1969 con cuatro colmenas. Nuestra “tradición apícola” avanza de la mano con la historia de nuestra comunidad. De a poco, las colmenas se fueron multiplicando, hasta llegar, para el consumo casero, a 12 cajones.

En el año 1974, la comunidad decidió producir alfalfa, como un medio de subsistencia, por lo que se recurrió a la laboriosa faena polinizadora de nuestras amigas, aumentando a 160 colmenas.

La comunidad se hizo asesorar por un apicultor de la zona, de mucha experiencia y que nos ayudó y enseñó mucho.

Fue en ese momento cuando se vio nuestra miel como un potencial producto de comercialización y se logró entrar la naciente “Miel Trapense”, en el pote de cera característico, a un supermercado de la capital.

Cuando en 1986 se produjo el cambio de monasterio de nuestra comunidad, del fundo de La Dehesa, Santiago, al Fundo de Miraflores, en Rancagua, se decidió mantener las colmenas. El huerto de almendros necesitaba de polinizadores… A medida que el huerto iba creciendo, las colmenas también iban aumentando, llegando a tener más de 200 panales.

Por la gran presencia de quillayes en el Fundo de Miraflores, las cosechas de nuestra miel tenían las características apropiadas para definirla como miel “de quillay”. Lamentablemente, para el año 2006, la considerable pérdida natural y paulatina de la flor de quillay que sufrieron nuestros predios, modificaron el panorama para las características de nuestra miel.

Las cosechas de miel, a partir de esta fecha, comenzaron a tener características más diversificadas, con una mezcla de flora nativa, de álamos y de árboles frutales, lo que nos exigió, al crear nuestra actual línea de “Miel Trapense”, a denominar y tipificar nuestra miel de “multiflora”. Durante los últimos años ha existido una creciente comercialización de nuestra Miel y un necesario desarrollo de nuevos tipos de materiales para nuestros envases, siendo precursores en algunos de ellos.

Nos seguimos preocupando de homogenizar nuestras cosechas y las que adquirimos de apicultores asociados a nuestro Monasterio, para lograr una miel de multiflora, que tenga el sello particular y característico de pureza, dulzura y color que nos es propio y nos identifica.