Postulantado

Escucha, hijo, los preceptos de un maestro e inclina el oído de tu corazón, acoge con gusto la exhortación de un padre bondadoso y ponla en práctica, a fin de que por el camino de la obediencia regreses a Aquel de quien te habías alejado por la desidia de la desobediencia” (Regla de San Benito. Prólogo)

Luego de vivir una experiencia de algunos meses al interior de la comunidad, el interesado pide su ingreso. Aceptado como postulante, comienza la primera de las etapas de formación. El postulantado es un período de iniciación y progresiva adaptación a la vida monástica. Acompañado por el Maestro de Novicios, el postulante se ejercita en las prácticas de la oración, el Oficio Divino (Opus Dei), la lectura orante de la Palabra de Dios (Lectio Divina), el trabajo manual y demás actividades propias de la vida en comunidad.

Los signos objetivos de una vocación cisterciense son:

• Búsqueda de Dios sincera y con todo el corazón

• Amor al Oficio Divino

• Obediencia

• Disposición a morir a sí mismo queriendo hacer, ante todo, la voluntad de Dios

• Salud física, mental y emocional adecuada