Liturgia de las Horas

San Benito nos exhorta a que nada se anteponga al Oficio Divino, porque allí se manifiesta especialmente el fin espiritual de la comunidad, se robustece el sentido íntimo de la vocación monástica y la comunión entre los hermanos.

Como comunidad celebramos la Liturgia de las Horas (Oficio Divino) que cumple, en unión con la Iglesia, la función sacerdotal de Cristo, ofreciendo a Dios un sacrificio de alabanza e intercediendo por la salvación de todo el mundo.

Los hermanos, fomentando constantemente el recuerdo de Dios, prolongamos el Oficio Divino a lo largo del día, dedicando otros momentos a la lectura y a la oración y procurando que los alrededores del monasterio favorezcan el silencio y la quietud (Constituciones de la Orden, números 19 y 20).